Como seres omniscientes dotados de poderes místicos, pronto llegaremos a un acuerdo con los primeros límites en el alcance de nuestras intervenciones, la fe. De hecho, serán nuestros seguidores los que generarán los puntos de fe necesarios para influir en el destino de la población, obligándonos constantemente a demostrar nuestra existencia satisfaciendo las necesidades de un número cada vez mayor de habitantes. Habitantes que nunca demostrarán ser completamente autónomos, requiriendo casi siempre nuestra elección en el posicionamiento de las infraestructuras necesarias para el buen funcionamiento de la comunidad y la adhesión al progreso tecnológico y social. Esta mecánica en particular dependerá de un gran árbol de tecnologías, dividido en épocas históricas y repleto de desbloqueos y mejoras útiles adecuadas para revolucionar todos los aspectos de la vida de nuestras pepitas. Cada nodo tardará un tiempo y, a veces, incluso una moneda en particular en completarse, lo que ayudará a dar un cierto peso al camino que decidamos tomar.
Ya se trate de los primeros descubrimientos prehistóricos o de la evolución del transporte en la era moderna, los descubrimientos científicos nunca dejarán de resultar esenciales para el buen funcionamiento de la sociedad, capturando al jugador en un bucle de juego que no perdona la pasividad excesiva. Ya sea un cementerio o un edificio para la producción de vidrio o ladrillos, cada edificio será esencial para garantizar el buen funcionamiento de los demás. Más allá de la funcionalidad, la capacidad de coleccionar y construir maravillas arquitectónicas ayuda a alimentar el alma de constructor de ciudades del título, que también se ha expandido a lo largo y ancho a medida que continúa la fase de acceso anticipado. No cabe duda de que, en este sentido, el trabajo de Crytivo merece un elogio especial, ya que ha creado a lo largo del tiempo un sistema tan complejo como apasionante.
Refrescantemente profundo en su mecánica de microgestión, The Universim nos permite controlar individualmente el estado, la identidad y la actitud de cada una de nuestras creaciones. La vida de una pepita no siempre es un lecho de rosas, y tal como nos enseña la historia, la esperanza de vida es solo un reflejo de los avances tecnológicos. De hecho, no será raro notar una tendencia a la enfermedad y al envenenamiento de nuestros seguidores, cuando beben agua infectada y cuando simplemente se ven abrumados por condiciones higiénicas insuficientes. Si bien es cierto que entre nuestros poderes está el de curar y rejuvenecer a una persona, no deja de ser un milagro del que será muy difícil abusar, y que muchas veces tendremos que dejar de lado para dar prioridad a la reproducción asistida o a la eliminación de una amenaza inminente.
Ser capaz de controlar al individuo significa ser capaz de controlar también a la comunidad, lo que se refleja en la influencia de nuestra decisión en la elección de un nuevo líder para nuestro pueblo, cada uno con sus propias fortalezas y debilidades que afectan aspectos fundamentales del juego. Si anteriormente hemos hablado de cómo las fases de gestión y la microgestión afectan al ritmo de juego de forma igual, no es menos cierto que la conjunción de estos dos elementos representa la verdadera dificultad del título.
Si bien crecer y mantener la población desde un punto de vista numérico resultará bastante complicado, los elementos del juego, como las temporadas, representan un obstáculo para el que debes estar preparado si no quieres perder gran parte de tu progreso.
En particular, el invierno, al congelar la superficie del mar, impide que las pepitas repongan activamente su suministro de agua y obliga al jugador a preparar suficientes recursos para regar a las personas y mantener activos los edificios de producción. Esto crea una especie de ciclo en el que prepararse para un período de crisis, evitando que la población comience a sufrir penurias o que se levante y pase a cuchillo nuestro trabajo. Como si eso no fuera suficiente, los eventos aleatorios sobrenaturales, como árboles que caminan, enormes plantas carnívoras y ovnis, siempre estarán al acecho para tratar de abrumarnos. Combinado con la presencia de una delicada relación equilibrada entre la guerra y la coexistencia de nuestro pueblo con los demás habitantes del planeta, nuestra supervivencia será cualquier cosa menos una conclusión inevitable.
Quizás el componente más interesante de toda la experiencia, el final del juego de The Universim lo distingue de la mayoría de los juegos de su género. Solo una vez que desbloqueemos la capacidad de navegar por los límites de la atmósfera hacia otros planetas, entenderemos el verdadero alcance de la experiencia que ofrece el título. Gracias a un rico sistema procedimental que involucra no solo la estética del planeta sino también la presencia de especies alienígenas de plantas y animales, aterrizar en un nuevo mundo significará enfrentar nuevos desafíos, pudiendo en ocasiones decidir construir colonias si estamos satisfechos con los resultados de nuestra exploración. Esto no solo le da al juego una rejugabilidad increíble, sino que aumenta exponencialmente la profundidad que ofrece el esqueleto de juego que vimos anteriormente. Made in Unity, The Universim no brilla en los detalles, sino en la representación general de los escenarios que nos encontraremos habitando y explorando en las etapas más avanzadas de la experiencia.
Reforzado por una estética minimalista muy agradable, el título consigue mantener una limpieza que consideramos apreciable, sobre todo cuando tendremos que lidiar con grandes asentamientos. Limpieza que no encontramos en la interfaz de usuario, a veces realmente confusa y poco intuitiva, especialmente en el recuento de la gestión de recursos en pantalla. Por otro lado, nos gustó el uso de colores, muy vivos y vivos, mientras que hubiéramos preferido la inclusión de un sistema de iluminación más eficiente, necesario para proporcionar una sensación de profundidad en las estancias que muchas veces suele faltar. Una nota de mérito también para la banda sonora realizada por Gleb Spitsyn, que nunca se estanca a pesar de tener que ir acompañada de una experiencia con una longevidad potencialmente infinita.
The Review
The Universim
El Universim es un híbrido de gestión de juegos de dioses que ha sido capaz, tomándose su tiempo, de hacer realidad plenamente sus ambiciones. Con una jugabilidad muy profunda y convincente, logra atrapar al jugador en un bucle de juego que requiere una participación activa y razonada en todos los niveles de dificultad. Ya sea que esté buscando un desafío o un título que pueda mantenerlo ocupado durante una gran cantidad de horas, The Universim podrá satisfacerlo.