El imaginario relacionado con Robin Hood es vasto, muy vasto, es algo que, en la literatura, como en el mundo del entretenimiento, es de absoluta belleza, sobre todo para aquellos que -como yo- conocen la vida, la muerte, los milagros y sí, hasta los últimos robos del ladrón inglés. Russell Crowe y Kevin Costner, Disney es una serie de televisión estrenada entre 2006 y 2008, con la ilustre presencia de Richard Armitage como Guy de Gisborne. El héroe de Nottingham, de Sherwood, de la Brigada Alegre, así como espada al servicio del rey Ricardo llega en un videojuego que, más allá de todas las expectativas, ha sido capaz de mantenerme pegado durante cuarenta horas seguidas, sin distraerme en absoluto de su continuación.
Se trata de una divertida aventura que, además de ser fiel a los libros de Alejandro Dumas y a la imaginería en Inglaterra, aporta más profundidad al personaje de Robin Hood, dando un videojuego que desempolva la Edad Media, burlándose del Sheriff de Nottingham y del despiadado y mimado Príncipe Juan, que le ha robado la corona a su hermano. Robin Hood – Sherwood Builders es una magia continua que explora, cuenta y revitaliza a un personaje icónico de la literatura universal, que se convirtió en un icono sobre todo gracias a las actuaciones de los ya mencionados Kevin Costner y Russell Crowe, con este último, neto de muchas libertades que se tomó Ridley Scott, tratado con un excelente ojo de todos modos, vinculado a un preludio que tejía las historias del ladrón que robaba a los ricos para dárselo a los pobres.
La Edad Media, tratada en otros videojuegos como Kingdom Come: Deliverance y Pentiment, es también la protagonista en el videojuego dedicado al héroe inglés por excelencia, insertado en el imaginario colectivo como príncipe de ladrones, así como romantizado como leal a su rey. Fue complejo, en este sentido, poder replicar las mismas sensaciones, proponiendo una estructura lúdica y un contexto capaz de involucrar. Robin Hood – Sherwood Builders, que podría inducir a error con su nombre, es una obra que proyecta al ladrón de ladrones en el mundo de los videojuegos.
Imagina, por un momento, que estás en un carnaval. Realmente quieres interpretar el papel de un héroe, tal vez Superman y, quién sabe, incluso Batman. Hay quienes eligen, en cambio, empuñar un arco y convertirse en Robin Hood. En esta obra, convertirse en Robin Hood es tan sencillo como maravilloso, y forjar el propio destino es lo que más implica. La historia no inventa nada nuevo, eso sí, pero está tratada con absoluto cuidado: el buen Robin Hood, junto con el buen fraile Tuck, el intrépido Little John y la armoniosa lady Marion, se ve obligado a huir de las posesiones de su familia debido a la innoble traición del príncipe John en detrimento de su hermano Richard, actualmente en Tierra Santa.
Con la ayuda del sheriff de Nottingham, el León de Inglaterra trama una traición despiadada, obligando a las familias aristocráticas inglesas a jurar lealtad al nuevo soberano. Robin, que acaba de regresar de Tierra Santa, se niega en nombre de la lealtad al rey Ricardo, y es declarado proscrito. Se ve obligado a huir al oscuro y desconocido bosque de Sherwood, lejos de la maldad del príncipe John y de la mano del sheriff de Nottingham, que mientras tanto mata de hambre a todo el condado. Es aquí, de hecho, donde comienza la aventura del ladrón que roba a los ricos para dárselo a los pobres: la trama, ya conocida gracias a libros y películas, ve a Robin Hood lograr lo impensable, convirtiéndose en una sombra que se mueve en la oscuridad para golpear y dañar los intereses del Príncipe y el Sheriff tanto como sea posible.
La escritura de la obra, que ahonda en la leyenda en torno a Robin, es emocionante y atractiva, logrando encajar su mito con las luchas internas y políticas de la Inglaterra de la época. Robin Hood es un protector, y actúa por los intereses de su pueblo: en la obra, en este sentido, podemos ver hasta qué punto la codicia del Sheriff de Nottingham empujó al pueblo a rebelarse, pidiendo ayuda al único individuo que desafió abiertamente al príncipe Juan. El jugador, por lo tanto, acompaña a Robin Hood para convertirse en el mito que todos conocen: además de la presencia de emocionantes misiones principales, hay eventos aleatorios y misiones secundarias de los plebeyos, muy útiles para aumentar su popularidad y, en consecuencia, asustar tanto al príncipe innoble como al sheriff loco. El contexto y la historia, así como las actividades paralelas, hacen de Robin Hood – Sherwood Builders un ejemplo de cantidad y sustancia ejemplares.
La producción, además de ser un videojuego de rol en el que es posible mover a Robin Hood por todo el mapa de Nottingham y sus alrededores, se forja sobre los ya conocidos elementos de supervivencia y constructores clásicos. En lo que quiero centrarme, sin embargo, es en la libertad de acción que permite la obra, que ofrece una implicación pura, pura: dentro de ella, es posible elegir qué seguir y proceder a la construcción de casas, la fragua y mucho más después, centrándose solo en las misiones secundarias.
Robin Hood – Sherwood Builders cuenta con una vista en tercera persona en la que puedes usar tu espada y arco dependiendo de la situación. Admito que he abusado del arma preferida de Robin Hood en múltiples ocasiones, principalmente para sorprender a enemigos desprevenidos y para moverme en secreto dentro de los campamentos. Además de concentrarme en reunir materiales para luego aumentar el campamento, aumentando así la construcción y dedicándome a otras cosas, luego participé en eventos aleatorios. Y ahí es donde el juego de rol se vuelve grandioso, porque sí: yo soy, nosotros somos y tú eres Robin Hood. Estas actividades, además de proporcionar al protagonista tanto oro para gastar como desee, también le permiten dar vida a batallas que solo se han visto en las películas dedicadas al héroe inglés.
Para aquellos que no las conocen, y no saben mucho sobre Robin, es importante saber que estas actividades permiten salvar a los aldeanos del verdugo con una flecha, o requisar oro y riquezas de las caravanas del sheriff de Nottingham o De Grey, una familia noble que ha jurado lealtad al innoble príncipe John. Lo que sorprende, sin embargo, además de las muchas actividades a realizar, es un mundo abierto que sorprende y fascina, salpicado de campamentos que se van despejando a medida que se avanza. No, no es Far Cry ni siquiera Assassin’s Creed: se necesitan muchas tácticas para llegar a sorprender a los subordinados del usurpador. Admito que explorar todo el condado de Nottingham, tanto para liberar a la gente como para mostrar al director lo que significa oponerse a la Brigada Alegre, es algo que nadie debería experimentar jamás.
El diseño del juego, preciso y atento a las necesidades de los jugadores y de los novatos, satisface y te deja satisfecho durante toda la aventura. A la adicción se suman los típicos elementos de supervivencia que enriquecen la aventura. Robin tiene que beber, comer y dormir, para poder permitirse construir y mejorar el pueblo, así como su propio equipo. Y debes tener cuidado de que no se dañe demasiado, ya que existe un grave riesgo de que luego se rompa. El otro elemento del juego, que también es atractivo, es el sistema de construcción de la aldea: para aumentar el número de la Brigada Alegre, necesitas casas, trabajos y, sí, paredes de madera capaces de ocultar la presencia de una sociedad paralela a la del Príncipe Juan, dominada por el Terror.
El buen Robin, obligado a cuidar de su gente, debe recolectar materiales alrededor del bosque de Sherwood, obteniendo madera de varios árboles, como pinos, robles y hayas. El pueblo, una vez debidamente lleno, puede dar muchas satisfacciones diferentes. Protegerlo de los asaltantes, como los Hijos de Adán y los Niños Sobrevivientes, es crucial para evitar que los guardias reales del Príncipe Juan se den un festín con los cuerpos de la Brigada Alegre. Ser Robin Hood, en definitiva, no es un trabajo fácil, pero ¿qué estás dispuesto a hacer para aumentar tu mito?
Todo, en realidad. Y así lo hice. Liberar el condado de Nottingham, ayudar a los necesitados y embarcarse en aventuras dignas de los libros de Alejandro Dumas, es un sueño hecho realidad. El mundo entero, creado y propuesto con inteligencia, me recordó en cierto modo a lo que vi en videojuegos como Mount & Blade, una franquicia que siempre ha sabido utilizar un lenguaje brillante para exponerse y expresarse de la mejor manera. La diferencia es que Robin Hood – Sherwood Builders, a diferencia del título de TaleWorlds, es completamente independiente. Tanto es así que es, por este motivo, un videojuego que sorprende por la calidad y cantidad que pone en el plato.
The Review
Robin Hood - Sherwood Builders
Utiliza el lenguaje de los videojuegos para ser descubierto y sorprender. Es un videojuego envolvente y atractivo, que ofrece una estructura lúdica agradable y emocionante, con una serie de actividades generosas. Hay algunas imprecisiones, pero es un juego de rol con una dinámica de supervivencia con excelentes características. Imprescindible.
Juego súper entretenido, voy más de 40 ha y me falta mucho, sueño materializado para quienes disfrutamos del juego de rol de 8 bits. Muy buen análisis.