En The Operator nos ponemos en la piel de un operador de FDI, es decir, el personal que apoya a los agentes sobre el terreno a través del análisis, la investigación y mucho más gracias a las potentes herramientas informáticas de la agencia. Por lo tanto, nuestros días transcurren entre charlas, llamadas y análisis cruzados en busca del más mínimo detalle capaz de dar la vuelta a las investigaciones más dispares. Sin embargo, pronto todo comienza a tomar contornos cada vez más misteriosos, con pruebas que se alteran y documentos de alto secreto redactados sin ninguna explicación. Investigar el asunto, además, no hace más que llamar la atención de los superiores, que nos invitarán cordialmente a no salirnos de los caminos trillados y dedicarnos exclusivamente a las solicitudes de los agentes.
Algo cada vez más difícil de hacer día a día, dado que las evidencias que llegarán ante nuestras narices serán realmente complejas de ignorar. Después de unas decenas de minutos de juego, de hecho, las operaciones cotidianas pasarán a un segundo plano, dando paso al deseo de descubrir cuál es el misterio que se apodera de toda la FDI, en una especie de paseo sobre brasas para evitar ser descubierto. El mejor aspecto de The Operator es sin duda la puesta en escena, con el puñado de horas necesarias para completar el juego que fluye y es un placer de principio a fin. La banda sonora, la gestión de los giros y vueltas, el ritmo del juego y todo lo que contribuye a que la experiencia sea memorable se han cuidado con gran atención, lo que hace que The Operator sea convincente y digno de vivir. Incluso la trama en sí no es trivial y logra mantener al jugador en suspenso, cada vez más ansioso por saber más.
Todo esto a pesar de que todo el juego tiene lugar frente a una PC, incluidos los chats, las llamadas y el software dedicado. De hecho, el sistema de juego consiste en navegar por los distintos programas y documentos que nos proporcionan los agentes para encontrar información útil para resolver el caso, como la identidad de algún asesino o una contraseña secreta para acceder a archivos cifrados. Un sistema sencillo pero que funciona más que bien, teniendo en cuenta también la frecuencia con la que los distintos casos están conectados entre sí y será necesario investigar en detalle y con buena memoria para llegar al fondo de la captura del momento. Para los menos atentos, sin embargo, existe la posibilidad de pedir ayuda, lo que evitará que te quedes atascado durante demasiado tiempo en un punto determinado.
El problema de The Operator, sin embargo, es su muy corta duración, estamos hablando de poco más de tres horas de juego, lo que no permite que la jugabilidad y las mecánicas de juego exploten como deberían. El título nos proporciona, por ejemplo, manuales bien editados para analizar hallazgos químicos y desactivar bombas, con toda una serie de ramas a seguir según la situación del momento. Un dispositivo, por ejemplo, debe clasificarse de diferentes maneras antes de que se pueda entender cómo neutralizarlo, mientras que la configuración correcta del software para identificar una sustancia misteriosa también requiere un estudio cuidadoso. Todo hermoso, en resumen, con fases que son realmente exitosas, pero que se usan solo una vez dentro de todo el título.
Tampoco hay múltiples finales o ramas narrativas significativas que puedan justificar una segunda ejecución, e incluso los acertijos siempre son los mismos. En definitiva, la única gran crítica que se le puede hacer a The Operator es la de no haber querido alargar ni un poco, introduciendo fases e investigaciones no necesariamente inherentes y conectadas con lo que es la trama principal. Una duración más larga no habría afectado demasiado al ritmo, que es muy ajustado, y al mismo tiempo habría permitido que las diversas mecánicas de juego brillaran más.
The Review
The Operator
The Operator es una aventura corta pero apasionante en la línea de Her Story que nos pone en la piel de un operador de IED que se ha visto atrapado en una conspiración más grande que él mismo. Una puesta en escena nivelada y un ritmo de juego convincente logran fascinar al jugador y mantenerlo pegado a la silla hasta los créditos finales. Sin embargo, ciertamente habría sido razonable esperar una duración más larga, incluso a costa de diluir ligeramente la narración.