Análisis de Ninja Gaiden 2 Black

Aunque aún es enero, ya nos llega una grata sorpresa: el lanzamiento de Ninja Gaiden 2 Black, una versión remasterizada de un título que originalmente salió en 2008. Este shadowdrop de Xbox, donde anuncian un juego y lo lanzan al mismo tiempo, ha pillado a muchos por sorpresa. Ninja Gaiden 2 es un clásico de las aventuras de acción, y aunque ya lo vimos en la colección Master de 2021, ahora llega con una versión mejorada, ¿pero es un remake o un remaster? La respuesta no es tan sencilla, ya que es una mezcla de ambos, tomando elementos de la versión original y de la Sigma, con algunas novedades propias de Black. Esta fusión puede no agradar a todos, sobre todo a los puristas, pero lo cierto es que Ninja Gaiden 2 vuelve en gran forma, y el equipo de Team Ninja, conocido por títulos como Wo Long: Fallen Dynasty y Rise of the Rōnin, demuestra por qué siguen siendo una referencia en el género.

Si eres nuevo en la saga, debes saber que Ninja Gaiden 2 no es un juego fácil de abordar. La trama sigue a Ryu Hayabusa, miembro del clan Dragon Ninja, mientras lucha contra el Black Spider Ninja Clan, que planea destruir el mundo utilizando un antiguo mal. El juego se divide en 17 capítulos, llenos de combates intensos contra hordas de enemigos y jefes poderosos. A lo largo de la aventura, además de Ryu, podrás controlar a otros personajes como Rachel, Ayane y Momiji, cada uno con habilidades únicas que aportan variedad a la jugabilidad. En cuanto al gameplay, Ninja Gaiden 2 es una auténtica fantasía ninja, con un combate basado en la rapidez, la fluidez y la brutalidad. Ryu, y los demás personajes jugables, cuentan con un amplio repertorio de armas, desde espadas hasta tonfas y kusarigamas, cada una con características propias que permiten adaptarse a diferentes situaciones. Además, la jugabilidad se ve enriquecida por magias que puedes activar para infligir daños masivos a tus enemigos.

El combate es extremadamente dinámico, lo que hace que el jugador se mantenga en constante movimiento. La clave del éxito es aprender a balancear ataques y defensas, ya que un enemigo que pierde una extremidad representa una amenaza menor. El título destaca por su acción fluida y visceral, combinando agilidad y destrucción en una danza sangrienta. A medida que avanzas, puedes mejorar a Ryu, aumentando su vida, poder mágico y armas. Esta progresión es esencial, ya que los enemigos se hacen más fuertes y numerosos a lo largo del juego. Sin embargo, no podrás mejorar a los otros personajes jugables, aunque sí puedes comprarles objetos curativos. Encontrar cofres escondidos y recolectar dinero de los enemigos es esencial para conseguir mejoras.

¿Qué hay de nuevo en esta versión Black? Básicamente, es una combinación de lo mejor de las versiones anteriores. Los enemigos están mejor distribuidos, y algunos elementos de Sigma se han integrado, como el diseño de los niveles, pero también se han realizado ajustes, como la eliminación del modo New Game Plus y otros extras. La dificultad se ha ajustado, y aunque la acción sigue siendo desafiante, no llega a los extremos de la versión original, lo que puede decepcionar a los más veteranos. Gráficamente, el juego utiliza el motor Unreal Engine 5, lo que le otorga un aspecto visual muy atractivo, aunque no se puede comparar con las producciones más modernas. A pesar de que algunas texturas se ven anticuadas, los entornos tienen un estilo único que sigue siendo agradable a la vista.

Las ciudades futuristas y paisajes naturales siguen siendo impresionantes, aunque hacia el final del juego, la repetición de escenarios puede hacer que algunos jugadores se sientan un poco decepcionados. En cuanto al sonido, la música es efectiva y adapta muy bien a los diferentes ambientes, aunque no es especialmente memorable. Por otro lado, el juego te da la opción de elegir entre el doblaje en inglés o en japonés, lo que mejora la inmersión.

Aunque Ninja Gaiden 2 Black es un gran juego, no está exento de problemas. La cámara, aunque ajustable, puede ser un dolor de cabeza en algunos niveles más estrechos, especialmente en los túneles, lo que puede dificultar la visión y la jugabilidad. Además, algunos de los niveles finales se sienten repetitivos y faltos de originalidad, con enemigos reciclados y entornos poco inspirados.