La narrativa del juego se construye sobre una base simple, pero efectiva. Aunque la estructura principal y muchas de las misiones secundarias parten de fórmulas conocidas (ayudar a los habitantes, buscar reliquias, resolver problemas locales), casi siempre esconden giros creativos, toques de humor o situaciones inusuales que aportan frescura. El hilo conductor está marcado por la búsqueda de unas misteriosas reliquias conocidas como «Lágrimas de Dios», que dotan al relato de un trasfondo más amplio y enigmático. Un punto destacable es la posibilidad de tomar decisiones que no solo afectan al desarrollo de la historia, sino que también alteran el mundo de forma tangible, añadiendo una capa de implicación moral y estratégica que se agradece.

Estamos ante una ARPG con opción de juego cooperativo, cuya principal fortaleza reside en su sistema de progresión. Desde la creación del personaje, el jugador debe tomar decisiones importantes: se elige entre cuatro atributos base (fuerza, agilidad, inteligencia y carisma), que determinan el estilo de juego inicial. Cada atributo permite alcanzar su máximo potencial solo en uno de los arquetipos clásicos (guerrero, tirador, mago o invocador), pero el sistema ofrece libertad para experimentar combinaciones al distribuir puntos en atributos secundarios. El árbol de habilidades es amplio y se divide en escuelas específicas, que a su vez contienen subramas que permiten especializaciones profundas, como un mago de rayos o uno de tierra, cada uno con jugabilidades diferenciadas. Esta segmentación permite una personalización notable, que se traduce en estilos de juego verdaderamente distintos.

La exploración es otro de los pilares. El mapa del mundo sorprende por su extensión y detalle, especialmente si la calidad de las zonas iniciales se mantiene en el resto del contenido. Las localizaciones no solo son grandes, sino que también presentan estructuras complejas, con niveles verticales, caminos ocultos y secretos bien escondidos. Se recompensa al jugador curioso, tanto con hallazgos útiles como con desafíos ambientales. Una inspiración clara, aunque no reconocida oficialmente, parece venir de títulos como Guild Wars 2, especialmente en el diseño de mazmorras. Algunas se presentan como auténticos puzles de salto o estructuras laberínticas que exigen observación, memoria espacial y creatividad para avanzar. Lo interesante es que muchas de estas zonas ofrecen rutas alternativas, lo cual añade valor de rejugabilidad.

Aunque el combate cumple en líneas generales, presenta ciertas inconsistencias técnicas que empañan la experiencia. Los enfrentamientos no son constantes (el juego se inclina más hacia la aventura que al combate puro), pero cuando ocurren, especialmente en mazmorras o contra jefes, suelen ser exigentes. El problema es que algunos enemigos muestran comportamientos erráticos: se quedan atascados, flotan en el aire o simplemente dejan de responder. Estas fallas son más notorias en las etapas finales del juego, donde incluso las batallas más épicas pueden verse deslucidas por fallos de IA. También se percibe un desbalance en algunas clases. Por ejemplo, los magos sufren de una regeneración de maná demasiado lenta, lo que limita su efectividad en combates prolongados. Si bien es posible mitigar este problema a través del crafteo de pociones, la solución se siente más como un parche que como una mecánica bien integrada.

El sistema de progresión incluye un apartado de oficios bastante completo: herrero, sastre, curtidor, alquimista, cocinero, entre otros. Cada profesión tiene su propia línea de desarrollo, con hasta 100 niveles, lo cual ofrece bastante profundidad. Sin embargo, el sistema de fabricación presenta una limitación importante: los objetos creados siempre tienen parámetros fijos. Esto reduce la emoción del crafteo, ya que no existe variabilidad ni la posibilidad de obtener versiones únicas de un mismo objeto. La inclusión de estadísticas aleatorias habría añadido un fuerte incentivo para seguir recolectando recursos y experimentando.
The Review
Gedonia 2
Este título representa un avance notable respecto a su predecesor, tanto en términos de apartado visual como en densidad de contenido y complejidad del mundo. Su sistema de progresión, el diseño de niveles y la libertad que ofrece al jugador son sus puntos más sólidos. No obstante, necesita pulir aspectos técnicos del combate y mejorar ciertas decisiones de diseño (como la regeneración de recursos y la falta de variabilidad en el crafteo) para alcanzar su máximo potencial. Aun con estos detalles, estamos ante una propuesta ambiciosa, bien construida en su base y con suficientes elementos diferenciadores como para merecer una oportunidad. Altamente recomendable para quienes disfrutan de juegos de rol con libertad de personalización y exploración profunda.