Ubisoft lleva varios meses enfrentando dificultades para lanzar grandes títulos intrigantes. Juegos como The Crew Motorfest, Avatar: Frontiers of Pandora, XDefiant y Star Wars Outlaws no lograron convertirse en blockbusters. Se esperaba que Assassin’s Creed Shadows fuera ese gran éxito, y sinceramente, parece que la compañía francesa ha vuelto a encaminarse. A continuación, nuestra reseña. Assassin’s Creed Shadows se sitúa en la Japón del siglo XVI, específicamente en la segunda mitad del período Sengoku (alrededor de 1467-1573), una época marcada por constantes conflictos internos, guerras entre clanes e intrigas políticas que finalmente llevaron a la unificación del país. Al final de este período, surgieron figuras históricas como Oda Nobunaga, Ujimasa, Tokugawa Ieyasu y Toyotomi Hideyoshi, quienes jugaron un papel crucial en consolidar el poder y transformar Japón en un estado feudal unificado.

La historia se centra en los eventos relacionados con la campaña de Odawara (1581), especialmente en el brutal ataque de Oda Nobunaga a la provincia de Iga. Fue un período en el que clanes japoneses como Takeda, Uesugi y Hojo competían por la dominación. En este mismo tiempo, las influencias europeas comenzaron a llegar a Japón: los portugueses introdujeron armas de fuego y nuevas tecnologías que impactaron de manera significativa las tácticas bélicas en la región asiática. La historia de Assassin’s Creed Shadows comienza con la introducción de los protagonistas. Yasuke llega a Japón en circunstancias misteriosas junto con emisarios portugueses que tienen asuntos que resolver con Oda Nobunaga, uno de los líderes más grandes del país. Durante la conversación, se revela que Yasuke no es un esclavo común, sino que posee un gran potencial oculto. Así, se le otorga una oportunidad única en la vida. La narrativa continúa con Naoe, la otra protagonista principal, quien presencia el ataque de Nobunaga a su provincia de Iga, un lugar donde la sangre fluye en cada rincón. Muchos personajes importantes son asesinados, tanto aliados como enemigos, lo que marca un giro crucial en la historia de Naoe y Yasuke.

La masacre de Iga impulsa la trama durante el prólogo y el primer acto del juego (dividido en tres actos que ofrecen entre 25 y 30 horas de historia). Este es, a mi parecer, el momento más fuerte del juego, extendiéndose hasta unas 10 horas. Cada personaje resulta fascinante y, en algunos casos, se nos permite revivir momentos de la juventud de Naoe, así como sus remordimientos por los pecados cometidos durante la guerra. El tono es sombrío, sangriento, misterioso y, lo más importante, cautivador. En el segundo y tercer acto, la trama pone un mayor énfasis en la exploración del mundo abierto y en eliminar objetivos, un esquema familiar para los seguidores de las entregas anteriores de Assassin’s Creed. A medida que avanzamos, descubrimos pistas que nos guían hacia nuevos enemigos responsables de otras matanzas no relacionadas directamente con la masacre en Iga. Assassin’s Creed Shadows narra al menos cuatro tramas principales, las cuales se entrelazan de manera impecable. Sin embargo, no todos los hilos argumentales se resuelven de la misma manera: algunos concluyen al final del primer acto, mientras que otros siguen su curso hasta la derrota de los líderes de organizaciones enemigas.

Yasuke y Naoe tienen historias individuales que se desarrollan por separado, y curiosamente, en muchos casos, resultan más interesantes que la trama principal relacionada con la Hermandad. Al explorar Japón, encontramos muchos personajes que en el pasado tuvieron algún tipo de relación con Naoe o Yasuke. Estas interacciones no solo enriquecen nuestra comprensión de los protagonistas, sino que también nos llevan a misiones secundarias relacionadas con sus pasados. Es fascinante descubrir más sobre Yasuke durante su tiempo en Japón, así como entender las luchas que Naoe enfrentó desde su niñez, además de los secretos que sus seres cercanos le ocultaron. Estos hilos narrativos se deben resolver completamente, ya que están profundamente conectados con los títulos anteriores de la saga. Sin embargo, la parte de la eliminación de enemigos dentro del grupo Shinbakufu (relacionado con otro de los hilos principales) no me causó una gran impresión, ya que la eliminación de estos antagonistas se volvió algo repetitiva.

Similar a AC Valhalla, cada enemigo tiene una breve historia que generalmente nos lleva a nuevas ubicaciones, pero tras unas pocas misiones conocemos sus intenciones, colaboramos con NPCs que solo aparecen en esa misión, y luego posiblemente se nos asignan misiones secundarias relacionadas. Por otro lado, las misiones secundarias en Assassin’s Creed Shadows no solo consisten en eliminar objetivos. El juego está dividido en 9 regiones, y en cada una hay al menos una misión secundaria donde se pone énfasis en la narrativa. Algunas están relacionadas con ayudar a los aldeanos, recuperar objetos importantes o resolver disputas, lo que mejora notablemente la calidad de las misiones comparado con las entregas anteriores con personajes como Eivor, Bayek o Alexios/Kassandra. También hay varias actividades opcionales, como rezar en templos, resolver acertijos en kofun o aprender nuevas habilidades como kata o equitación, que nos permiten obtener puntos de conocimiento que luego utilizamos para desbloquear habilidades. Estas actividades no son tan numerosas como las de AC Valhalla, pero son lo suficientemente atractivas como para evitar la sensación de repetición.

Una de las innovaciones más destacadas de Assassin’s Creed Shadows es la posibilidad de alternar entre los dos protagonistas. Este cambio es fluido, permitiéndonos cambiar entre ellos en cualquier momento, ya sea al hacer viaje rápido o acceder al inventario. Cada uno tiene actividades y misiones secundarias únicas, relacionadas con su pasado o con la construcción de relaciones más profundas (los romances son opcionales y mejor desarrollados que en AC Odyssey). Además, la jugabilidad de Naoe y Yasuke es completamente distinta. Naoe, como shinobi, es ágil, furtiva y experta en eliminar enemigos de manera sigilosa, mientras que Yasuke es un guerrero imponente, más lento y directo, pero extremadamente eficaz en combate abierto. El combate, aunque no tan pulido como en Ghost of Tsushima, es desafiante y requiere que seamos rápidos y tácticos. Los enemigos tienen ataques que debemos bloquear, contraatacar o esquivar, lo que obliga a adaptarnos a diferentes estilos de lucha según el tipo de oponente. Otra novedad es la inclusión de las cuatro estaciones y un sistema dinámico de cambios climáticos. Esto no solo aporta un toque estético, sino que también influye en la jugabilidad: en invierno, los lagos se congelan, en otoño el barro aumenta el ruido al moverse y en verano la visibilidad mejora. Estos cambios, junto con el cambio de personajes, mantienen la experiencia fresca y varía el ritmo del juego.
En términos de exploración, el mundo de Assassin’s Creed Shadows es visualmente impresionante, desde los templos hasta los campos agrícolas, llenos de vida. A diferencia de otras entregas recientes, la exploración no se siente vacía, ya que siempre hay algo que hacer, ya sea en los caminos o en las actividades secundarias. A pesar de algunos problemas menores con el comportamiento del caballo, la experiencia de explorar Japón se mantiene envolvente y atractiva. En cuanto al desarrollo de personajes, cada uno tiene su propio árbol de habilidades. Yasuke se especializa en habilidades de samurái, mientras que Naoe se enfoca en su rol de asesina y shinobi. A medida que progresamos, desbloqueamos nuevas habilidades que hacen la experiencia aún más entretenida. Por último, las mecánicas de loot han sido reducidas significativamente en comparación con entregas anteriores. Aunque todavía se pueden encontrar mejoras para el equipo y objetos para recolectar, no hay una sobrecarga de loot. Los mejores objetos se mejoran con un herrero, y el sistema de personalización del refugio es una forma interesante de involucrarnos más con el mundo.
The Review
Assassin's Creed Shadows
Assassin's Creed Shadows es una experiencia sólida que equilibra acción, sigilo, exploración y narrativa, presentando una de las entregas más interesantes y diferenciadas de la franquicia en los últimos años. Si bien tiene áreas que podrían pulirse más, como la eliminación de ciertos enemigos y algunos detalles de jugabilidad, logra capturar la esencia de lo que hace especial a Assassin's Creed, pero con un enfoque fresco y atractivo. Es una excelente adición para los fanáticos de la serie y para aquellos que disfrutan de las historias ricas en cultura y acción.