Sería ingenuo pensar que en una hipotética apocalipsis nuestros mayores problemas serían los desastres naturales. No. El verdadero terror serían los humanos, perdiendo la cabeza apenas se cae el Wi-Fi o se acaban las papas fritas en el súper. En Chains of Freedom, todo comienza con el clásico fin del mundo: un asteroide se estrella contra la Tierra, esparciendo cristales alienígenas que transforman a las personas en criaturas mutantes sedientas de sangre. Nada nuevo bajo el sol, pero el caos da pie al surgimiento de un gobierno autoritario que impone orden a cambio de pasar por alto uno que otro derecho humano.

En medio de este nuevo orden, un avión militar en misión secreta cae justo en una zona contaminada. Y ahí entramos nosotros, como sobrevivientes del accidente, listos para descubrir que lo que parecía una operación rutinaria está lejos de serlo. Mutantes al acecho, civiles hostiles, tecnología usada con fines bastante turbios y una incómoda sospecha: tal vez estamos del lado equivocado. Desarrollado por los lituanos de Nordcurrent (conocidos principalmente por sus juegos móviles free-to-play), Chains of Freedom da el salto al terreno de los juegos tácticos por turnos con una propuesta que, si bien no alcanza la complejidad de referentes como XCOM o Jagged Alliance, intenta hacerse un lugar con un enfoque más directo y menos denso.

El esquema es el conocido: se explora el terreno en tiempo real hasta que toca enfrentamiento, momento en el que el combate entra en modo por turnos. Cada soldado cuenta con puntos de acción que se gastan en moverse, disparar, lanzar granadas, curarse o buscar cobertura. Pero a diferencia de los clásicos, aquí hay una libertad poco habitual: podés salir al descubierto, vaciar el cargador y volver a cubrirte en el mismo turno, lo que da lugar a enfrentamientos más dinámicos, menos punitivos. Eso sí, varias mecánicas tácticas se han simplificado o directamente eliminado. No se puede elegir qué parte del cuerpo apuntar, ni reservar puntos para un posible ataque de oportunidad. Tampoco hay posturas (nada de agacharse para mejorar la puntería o reducir la exposición). Estas ausencias pueden desilusionar a los más puristas, pero aligeran la experiencia y la hacen más accesible.

El inventario es compartido: si un personaje recoge munición, todos pueden usarla. ¿Atajo conveniente o descuido de diseño? Tal vez ambas cosas, pero es un detalle que prioriza la acción sin complicar al jugador. Donde sí hay margen para el diseño estratégico es en la personalización. Los cristales alienígenas —más de cien disponibles— actúan como modificadores de estadísticas, mejorando salud, puntería, puntos de acción o resistencia, a costa de posibles penalizaciones. Con una buena combinación, se pueden armar arquetipos al estilo RPG: tanques, sanadores, y especialistas varios. Además, si un soldado cae en combate, hay un par de turnos para revivirlo, lo cual puede sonar demasiado permisivo, pero también evita frustraciones innecesarias.

Las misiones son lineales, aunque incluyen áreas opcionales que invitan a explorar en busca de recursos, mejoras y fragmentos narrativos que enriquecen el contexto. El guion no reinventa la rueda, pero se mantiene coherente con el mundo que plantea: oscuro, sucio, decadente. La dirección artística cumple con creces, mezclando ciudades abandonadas, bosques contaminados y laboratorios secretos, todo conectado por viñetas de estilo cómic que le dan carácter al relato. A eso se suman buenos diálogos, armas variadas (de cuchillos a lanzallamas) y un sistema de físicas que hace que cada explosión se sienta espectacular.
The Review
Chains of Freedom
Como amante del género, reconozco que la capa táctica queda algo justa, pero las batallas (sobre todo cuando entran múltiples facciones y se arma el caos total) son intensas y memorables. Chains of Freedom no es una revolución, pero sí un título ideal para quienes siempre quisieron entrar al mundo de los combates por turnos sin quedar atrapados en un mar de menús y decisiones paralizantes. Ligero, directo, y con el caos justo para mantenerte atento.