Análisis de Eternal Strands

Eternal Strands toma elementos de varios juegos populares, como The Legend of Zelda: Breath of the Wild y Shadow of the Colossus, pero con una propuesta menos ambiciosa y más accesible en cuanto a dificultad y sistemas. La propuesta, aunque interesante, no está exenta de limitaciones. El juego nos coloca en un mundo fantástico, donde la protagonista, Brynn, y su equipo se ven atrapados en una región misteriosa, aislada por una barrera mágica. A lo largo de unas 15 horas de historia, los jugadores deben desentrañar los secretos de la Enclave y descubrir cómo restaurar la tierra natal de Brynn. La historia ofrece mucha libertad para la exploración, permitiendo que el jugador decida cómo avanzar, pero en algunos momentos se siente desprovista de urgencia o un objetivo claro. La narrativa rápidamente pasa a un segundo plano, cediendo el protagonismo a la jugabilidad, que, a pesar de ser divertida, no está tan respaldada por un trasfondo cautivador.

En cuanto a los personajes, Brynn y su equipo de Tejedores tienen potencial, pero no se sienten lo suficientemente profundos. Cada miembro del grupo tiene un rol específico, como mejorar el equipo o ayudar a entender la historia, pero sus misiones secundarias y diálogos no logran captar el interés que uno esperaría. Aunque las interacciones entre Brynn y sus compañeros ofrecen momentos interesantes, es evidente que no se exploran lo suficiente para crear una verdadera conexión con el jugador.

La exploración es uno de los puntos fuertes de Eternal Strands. Los desarrolladores logran capturar la esencia de juegos como Breath of the Wild al ofrecer un mundo colorido y diverso, con diferentes biomas que presentan sus propios desafíos. Sin embargo, el mundo no es completamente abierto, sino que está dividido en zonas cerradas que se pueden explorar a través de portales, lo que facilita el viaje entre áreas. La recolección de recursos para mejorar el equipo es otro componente clave del juego, y la mecánica de mejorar armas y armaduras es satisfactoria, aunque algo simplificada en comparación con otros títulos.

Lo más destacable es el uso de los poderes de Brynn, que le permiten manipular el entorno y a los enemigos. Desde el principio, Brynn puede controlar enormes rocas y, más adelante, aprenderá a dominar los elementos, como el hielo y el fuego. Estos poderes no solo son útiles para el combate, sino también para resolver puzles y explorar el mundo de maneras creativas. El juego presenta varias mecánicas relacionadas con la física que permiten interactuar con el entorno, como congelar enemigos o manipular objetos a distancia, lo que añade una capa extra de diversión y estrategia.

Uno de los momentos más impresionantes del juego es la lucha contra gigantescas bestias, que recuerdan a los colosos de Shadow of the Colossus. Estas batallas no son tan desafiantes como las de los juegos mencionados, pero siguen siendo emocionantes, sobre todo al escalar a los enemigos y destruir sus puntos débiles. Aunque las peleas contra los jefes no logran generar el mismo nivel de tensión que otros títulos, la mecánica de usar los poderes de Brynn para derrotarlos es interesante y satisfactoria.

A pesar de estas mecánicas innovadoras, el juego adolece de algunos problemas en su diseño. El sistema de combate es relativamente sencillo, y la falta de enemigos desafiantes o de variedad en el armamento reduce la sensación de progresión. Aunque el juego ofrece muchas oportunidades para mejorar el equipo y usar los poderes de Brynn de manera creativa, las batallas tienden a ser fáciles y predecibles. Esto es especialmente cierto en las luchas contra los jefes, que se basan en un esquema repetitivo: escalar al monstruo, destruir su armadura y atacar.

El desarrollo del equipo también es básico; si bien se puede mejorar el equipo recolectando materiales, la cantidad de armas y equipo disponible es limitada, lo que hace que el juego no ofrezca la misma variedad que otros títulos del género. Sin embargo, las mecánicas físicas y la jugabilidad con los elementos son lo suficientemente atractivas como para mantener el interés, aunque no logran disimular la falta de desafíos sustanciales.

En resumen, Eternal Strands es un juego con una gran cantidad de ideas interesantes y mecánicas divertidas, pero que no termina de aprovechar todo su potencial. Aunque el mundo es interesante y la exploración es gratificante, la falta de dificultad y de una narrativa más profunda puede hacer que algunos jugadores pierdan el interés. Si lo que buscas es una experiencia relajada, en la que puedas disfrutar de la libertad y experimentar con diferentes poderes, Eternal Strands puede ser una opción divertida. Sin embargo, si prefieres desafíos más complejos o una historia que te mantenga enganchado, es posible que el juego no cumpla todas tus expectativas.