Hace seis años, el estudio polaco 11 bit studios lanzó con éxito lo que pronto se convertiría en uno de los city builders más originales y bien pensados del panorama de los videojuegos: Frostpunk. El éxito fue tan grande que el equipo expandió considerablemente la IP con DLCs e historias adicionales, lo que hizo que la experiencia siguiera siendo jugada incluso muchos años después de su lanzamiento oficial. A pesar de los resultados, no era seguro que veríamos una secuela. Se necesitaba una gran idea para revivir el juego de gestión, y no solo el estudio encontró esa idea, sino que también la transformó en una secuela de calidad que, estamos seguros, nos acompañará durante muchos años. Frostpunk 2 es, de hecho, un juego muy diferente de su predecesor, casi revolucionado en varios aspectos, pero igualmente equilibrado, efectivo a nivel narrativo y, sobre todo, con una jugabilidad extremadamente satisfactoria.
Han pasado treinta años desde los eventos del primer capítulo: la humanidad ha logrado sobrevivir a las tormentas glaciales y asentarse de manera permanente, volviendo a prosperar y a tener esperanzas de un futuro mejor. Sin embargo, la repentina muerte del supervisor genera caos entre la población de Nueva Londres, que debe enfrentarse a una inminente escasez de recursos y a un equilibrio interno de facciones bastante precario. Aquí es donde entramos en juego nosotros; como el nuevo supervisor, debemos salvar la ciudad y encontrar nuevos medios para sobrevivir a las tormentas de nieve, que son cada vez más fuertes, frías y claramente peligrosas para todos los civiles.
En comparación con el primer Frostpunk, la historia de Frostpunk 2 está mucho más elaborada, con una narrativa más compleja. La campaña principal se articula en cinco capítulos llenos de lore, textos y algunos momentos cinematográficos de alto nivel, como la poderosa y emotiva escena inicial que logra sumergirnos de inmediato en el desolado mundo del juego. El sistema de decisiones narrativas de Frostpunk 2 es uno de los elementos centrales del juego. Cada decisión tiene el potencial de cambiar radicalmente el desarrollo de la trama y la forma en que reaccionan los ciudadanos. Se puede optar por tomar decisiones controvertidas para salvaguardar la ciudad a expensas del bienestar individual o arriesgarlo todo para intentar salvar a la mayor cantidad de personas posible. En general, se percibe una mayor profundidad en la historia y en las decisiones que debemos tomar, algunas de las cuales pueden suponer un verdadero dilema moral.
En cuanto a la gestión de la ciudad, el juego ha cambiado radicalmente respecto al primer episodio. En la práctica, estamos ante un producto completamente nuevo que presenta muchas novedades. Una elección bastante lógica considerando que ya no estamos en los primeros días de la fundación de la ciudad, donde los civiles se veían obligados a aventurarse en la nieve y la población apenas contaba con unas pocas centenas de personas. Ahora, estamos en una auténtica metrópoli con miles o incluso decenas de miles de civiles. Incluso la perspectiva desde arriba ha cambiado por completo. Donde antes teníamos una pequeña área, ahora nos enfrentamos a un territorio gigantesco, con una vista mucho más elevada, donde incluso los autómatas (gigantescas máquinas robóticas de cuatro patas) parecen diminutos a la distancia.
Esto es inevitable, ya que nuestra tarea ha cambiado por completo respecto al pasado. Ya no se trata de cómo empezar la supervivencia, sino de cómo mantenerla durante los próximos años. Para garantizar esto, contamos con nuevas mecánicas. A diferencia del juego anterior, donde solo podíamos construir alrededor del núcleo principal de la ciudad, ahora es posible construir en cualquier parte del territorio, siempre y cuando se rompa el hielo subyacente con potentes máquinas rompehielos. Esto es posible gracias a las nuevas tecnologías que permiten transportar el calor fácilmente desde el centro de la ciudad y que nos permiten establecer diversos extractores para obtener recursos, desde carbón hasta materiales útiles para mantener los edificios, así como la producción de alimentos para los habitantes.
Sin embargo, los diferentes yacimientos no son infinitos, y aquí es donde entra en juego la exploración. Si jugaste al primer capítulo, recordarás que la exploración era bastante guiada: enviabas exploradores y te informaban sobre lo que encontraban, desde personas desaparecidas hasta recursos o elementos narrativos. En Frostpunk 2, todo esto se ha mantenido, pero ha sido mejorado significativamente. En primer lugar, el área de exploración es mucho más grande, lo que nos permite construir teleféricos para desplazarnos más rápidamente o incluso trenes de carga para extraer recursos de lugares distantes.
Además, existe la nueva característica de las colonias. En algunas zonas, es posible encontrar viejos acorazados o generadores de calor que permiten establecer centros adicionales. Estos funcionan de manera similar a la ciudad principal, lo que significa que es necesario garantizar todos los bienes esenciales, desde el calor hasta la comida, a veces transfiriendo personas dedicadas a la producción o materiales de un lugar a otro. Las colonias son muy útiles porque algunas cuentan con yacimientos que pueden ayudarnos mucho en el progreso de la aventura, como el petróleo, que se vuelve esencial para el calentamiento de la ciudad en lugar del carbón.
Como habrás adivinado, el elemento de construcción de ciudades ha sido profundamente renovado. En Frostpunk 2, se tiene una mayor libertad creativa y de gestión, lo que, inevitablemente, reduce un poco ese encanto de soledad que tanto gustó y se apreció en el primer episodio. De todos modos, esta expansión de la gestión urbana hace que la jugabilidad sea más variada, pero también más compleja, obligando a equilibrar múltiples aspectos: desde el mantenimiento de los edificios hasta la producción de alimentos, pasando por la gestión del combustible para generar calor.
Por supuesto, no falta la posibilidad de investigar nuevas tecnologías para mejorar las estructuras o desbloquear mejores métodos de supervivencia gracias a los bonos de calor (la moneda virtual que los ciudadanos deben pagar al gobierno como impuesto). Además, sigue existiendo la oportunidad de promulgar nuevas leyes. Como mencionamos antes, la ciudad se ha vuelto mucho más grande y está dividida en facciones, desde los más apegados a la fe religiosa hasta los más leales al orden cívico. Para aprobar una ley, ahora es necesario obtener una mayoría de gobierno, y esto solo es posible manteniendo un buen nivel de confianza con todas las facciones involucradas. Si crees que es sencillo, te equivocas, ya que los mismos grupos proponen leyes diferentes y también métodos alternativos de investigación. Esto implica que elegir una opción en lugar de otra puede causar desequilibrios en la ciudad. Como siempre, la decisión final depende de nosotros.
La dificultad sigue estando bien equilibrada, pero no sería Frostpunk si el juego no nos pusiera en aprietos. Completar el juego en los modos de dificultad más exigentes es un desafío que seguramente será apreciado por los jugadores más dedicados de este simulador de gestión. Agradecemos que el equipo haya personalizado también los niveles de dificultad, permitiéndonos elegir cómo queremos jugar la partida. El juego, en cualquier caso, no termina solo con las 10 horas de la historia principal. En Frostpunk 2, 11 Bit Studios ha creado un modo «Utopía» con siete ubicaciones sandbox para construir la ciudad que prefiramos, permitiéndonos elegir el objetivo a alcanzar, las comunidades iniciales, y garantizando muchas horas adicionales de juego y una mayor libertad general. Se siente claramente que la producción es mucho más grande que en el pasado, y esto no solo se nota en los enormes territorios que debemos gestionar, sino también en el hecho de que todos los desplazamientos de cámara entre colonias se hacen en tiempo real, como si fuera una única gran zona.
También en el aspecto gráfico y artístico, Frostpunk 2 se presenta como un producto excelente. Las tormentas de nieve son tan realistas que nos hacen sentir dentro de una verdadera tempestad, con un sistema de iluminación impresionante y efectos de partículas que elevan todo el apartado visual. Las prestaciones son excelentes, y aunque disminuyen ligeramente a medida que la ciudad crece, no encontramos problemas significativos en las más de treinta horas que dedicamos al título para esta reseña.
The Review
Frostpunk 2
Frostpunk 2 es la evolución natural del primer capítulo. 11 Bit Studios ha revisado completamente el concepto del juego, ya no limitado a una sola zona, sino a un territorio mucho más vasto, integrando nuevas dificultades y objetivos diferentes a los del pasado. Desde este punto de vista, el título ha perdido un poco de su encanto original, pero ha ganado en profundidad y en novedades. En resumen, Frostpunk 2 es un city builder muy bien diseñado que seguramente convencerá a los fanáticos del primer episodio y también a aquellos que se acerquen por primera vez a las abandonadas tierras glaciares británicas.