Los juegos de zombis llevan décadas rondando nuestras pantallas. A pesar de haber explorado casi todas sus variantes posibles, siguen teniendo algo que nos atrapa. Tal vez sea el caos, el miedo constante, o esa lucha desesperada por sobrevivir cuando el mundo se ha ido al infierno. Into the Dead: Our Darkest Days, del estudio PikPok, no pretende reinventar el género, pero sí tomar sus elementos más efectivos para construir una experiencia sólida, tensa y profundamente humana.

La historia se sitúa en Walton, una ciudad ficticia de Texas, completamente aislada tras un brote zombi. En este escenario postapocalíptico tomamos el control de un grupo de supervivientes que, con pocos recursos y mucha incertidumbre, deben resistir, construir un refugio y, con algo de suerte, encontrar una salida. Desde el principio, el juego nos pone en modo supervivencia total. Se elige una pareja inicial de personajes, cada uno con sus propias habilidades y debilidades, que determinarán nuestro estilo de juego. La gestión del tiempo, el estado físico y emocional de cada miembro del grupo, y la toma de decisiones estratégicas son esenciales para mantenerse con vida.

La jugabilidad combina desplazamiento lateral en 2D con mecánicas de gestión y exploración. Antes de salir a buscar recursos, se elige una zona del mapa con una dificultad específica basada en la cantidad y resistencia de los no muertos. Una vez en el terreno, se recomienda moverse con cautela: el sigilo no es opcional, es esencial. Enfrentar a dos o más zombis al mismo tiempo suele acabar en muerte, y hasta un solo enemigo puede representar una amenaza letal si no se actúa con precisión. El combate, aunque simple, se siente tenso y realista. Se utilizan armas improvisadas (una guitarra, una tabla, una herramienta oxidada), y cada enfrentamiento transmite el riesgo de perder a un personaje de forma permanente. Esta vulnerabilidad constante es uno de los mayores aciertos del juego.

Mientras unos exploran, otros deben quedarse en el refugio cumpliendo tareas vitales: reforzar barricadas, cocinar, descansar, construir estaciones de trabajo o atender a quienes sufren física o emocionalmente. El juego divide el tiempo en fases de día y noche, obligándote a planificar cada acción con lógica y sentido de urgencia. Una mecánica interesante es la posibilidad de convertir zonas despejadas de zombis en nuevos refugios. Esto permite avanzar poco a poco por la ciudad, encontrar lugares mejor protegidos o simplemente con más camas para que el grupo pueda descansar. La mejora progresiva de las instalaciones también es crucial: cuanto más desarrolles el refugio, mejores armas y recursos podrás fabricar.

Visualmente, Into the Dead destaca por su estilo sobrio, con colores apagados y una estética que recuerda vagamente a los años 80. Los efectos de luz y atmósfera están muy logrados: el haz de una linterna atravesando la oscuridad, el polvo flotando en una habitación abandonada, o la silueta de un zombi avanzando lentamente crean una sensación constante de peligro. Aunque el juego no carece de contenido, su mayor debilidad está en el ritmo: la repetición se instala rápido. Las mecánicas, aunque bien diseñadas, pueden volverse previsibles tras varias horas de juego. La falta de una narrativa fuerte que guíe la experiencia a veces te hace sentir que avanzas sin un objetivo claro. Aun así, hay que reconocer que lo que está presente, funciona.

Actualmente en acceso anticipado, el título promete una evolución constante durante los próximos 12 a 18 meses, con actualizaciones periódicas según la hoja de ruta ya publicada. Lo que hay disponible hasta ahora es una base robusta, ideal para los fans del género que buscan una experiencia más íntima, táctica y emocional. Into the Dead: Our Darkest Days no es el juego más innovador sobre zombis, pero sí uno de los que mejor equilibra gestión, sigilo y supervivencia. No te lanza hordas interminables, sino decisiones difíciles, escasez constante y un enemigo siempre al acecho. Aquí no eres un héroe, solo alguien intentando sobrevivir un día más. Y a veces, eso es más que suficiente para sentir que estás en el infierno y que vale la pena luchar para salir de él.
The Review
Into the Dead: Our Darkest Days
Into the Dead: Our Darkest Days no es el juego más innovador sobre zombis, pero sí uno de los que mejor equilibra gestión, sigilo y supervivencia. No te lanza hordas interminables, sino decisiones difíciles, escasez constante y un enemigo siempre al acecho. Aquí no eres un héroe, solo alguien intentando sobrevivir un día más. Y a veces, eso es más que suficiente para sentir que estás en el infierno y que vale la pena luchar para salir de él.