Lo que me atrae de la serie Yakuza es la combinación de una trama seria, con una escritura impresionante, y un gameplay increíblemente divertido, lleno de combates intensos y misiones secundarias y minijuegos desbordados de locura. Estos minijuegos, a menudo extravagantes, abordan temas atrevidos, pero siempre logran arrancar una sonrisa. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la narrativa también decide cruzar la línea, volviéndose tan absurda como el resto del juego? Ryu Ga Gotoku ha intentado explorar esta idea con Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, y quizás haya sido mejor dar un paso atrás. Este giro hacia una trama menos seria ya había comenzado con Yakuza: Like a Dragon y se acentuó aún más con Like a Dragon: Infinite Wealth, el capítulo más reciente, que fue criticado principalmente por su historia.

Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii es un spin-off de Infinite Wealth, ubicado inmediatamente después de los eventos del juego anterior, y sigue desarrollándose en la misma ciudad de Honolulu. Lo que realmente cambia en esta entrega es que el protagonista ya no es ni Ichiban ni Kiryu, sino Goro Majima, uno de los personajes más queridos de la serie. La trama de Pirate Yakuza in Hawaii lleva la locura a otro nivel, algo que es evidente desde el inicio. Majima despierta en una playa en una isla hawaiana, casi muerto y sin memoria alguna de sí mismo. No recuerda su nombre ni nada de su pasado. Tras encontrarse con Noah, un niño que decide ayudarlo, Majima se embarca en una misión para cumplir el sueño del chico: explorar el mundo más allá de la isla donde se siente atrapado. Así comienza su aventura, con Majima convirtiéndose en un pirata, o, mejor dicho, en un Capitán pirata, que se embarca en la búsqueda del legendario tesoro del Esperanza, oculto por piratas hace doscientos años.

A pesar de la premisa tan interesante, la historia no cumple las expectativas. La trama avanza con giros predecibles y personajes mal desarrollados. Tomemos a Noah, que se supone es el coprotagonista de la historia. El niño constantemente se ve arrastrado a situaciones peligrosas, y su figura parece ser más un accesorio que un verdadero protagonista. La relación entre Majima y Noah es, sin duda, lo mejor de la narración. Majima, al haber perdido su memoria, se vuelve más amable y menos áspero, adoptando una especie de rol paternal hacia el niño. Aunque sigue siendo el “perro loco” que todos conocemos, en esta entrega su objetivo es ser una mejor figura para Noah, de manera similar a como Kiryu lo fue para Haruka en los primeros Yakuza. Si bien la narrativa deja mucho que desear, el gameplay de Pirate Yakuza in Hawaii es completamente lo opuesto: increíblemente divertido, con una buena dosis de elementos frescos que enriquecen la experiencia. El juego mezcla peleas en tierra con combates navales, lo que aporta una nueva dinámica. Majima, con sus dos estilos de combate, se enfrenta a todo tipo de enemigos.

El estilo Cane Pazzo es rápido y dinámico, mientras que el Lupo di Mare lo equipa con espadas, pistolas e incluso un gancho para realizar ataques poderosos. El combate es satisfactorio, y el juego introduce movimientos finales espectaculares, como invocar un ejército de tiburones fantasmas que devoran a los enemigos. Las batallas navales, aunque sencillas, también son entretenidas. No esperen mecánicas complejas, pero son divertidas y cortas, lo que evita que se vuelvan tediosas. La verdadera diversión de los combates radica en su ritmo y en la posibilidad de abordar barcos enemigos y enfrentarse a ellos en duelos entre dos tripulaciones. El sistema de combate naval se complementa con el Pirates Colosseum, una arena donde los jugadores pueden luchar contra otros piratas.
Además de las batallas, el juego ofrece una gran variedad de actividades secundarias. Encontrar tesoros en islas desiertas, cazar recompensas, y explorar Honolulu son solo algunas de las cosas que pueden hacer. También podrán fortalecer su relación con los miembros de la tripulación, salvar animales en apuros para crear un zoológico personal, cultivar plantas e incluso cocinar en un minijuego inspirado en Cooking Mama. Esta abundancia de contenido extra hace que la trama pase a un segundo plano, brindando una experiencia divertida y nunca aburrida durante más de 20 horas.
The Review
Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii
Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii es una entrega que, aunque se aleja de la seriedad y complejidad narrativa que caracterizaba a los primeros títulos de la saga Yakuza, sigue siendo un título sumamente entretenido gracias a su gameplay dinámico y divertido. La mezcla de combates en tierra y batallas navales aporta frescura a la jugabilidad, y las actividades secundarias, con su abundancia y locura, hacen que el tiempo de juego sea muy disfrutable. No obstante, la narrativa, aunque presenta una premisa interesante con Majima como protagonista, se siente plana y predecible, sin desarrollar adecuadamente a los personajes ni profundizar en las relaciones, lo que puede decepcionar a los fans que buscan una historia más profunda. A pesar de este déficit en la trama, la experiencia de juego sigue siendo sólida y logra ofrecer horas de diversión gracias a su mezcla única de acción y locura.