Después de un año de pausa, Milestone vuelve al ruedo con Monster Energy Supercross 5 – The Official Videogame. Este nuevo capítulo marca un antes y un después para la franquicia, gracias al salto al Unreal Engine 5, que mejora tanto las físicas como la inteligencia artificial, la fidelidad visual y la evolución dinámica del terreno. Además, por primera vez, se incluye una parrilla actualizada que refleja fielmente el campeonato real: pilotos, escuderías y circuitos están al día. Disponible desde hoy en PC, PS5 y Xbox Series X|S, el título deja atrás las consolas de anterior generación. La propuesta incluye una carrera a través de estadios y circuitos al aire libre, amplias opciones de personalización, y contenidos divididos en 12 temporadas que se extenderán hasta el lanzamiento del próximo juego en 2026.

Siendo honesto, no soy precisamente fan de las motos, mi experiencia en videojuegos es casi anecdótica, aun así, el juego me sorprendió con un sistema de conducción realista pero accesible, pensado tanto para veteranos como para quienes, como yo, aterrizan por primera vez en el supercross. El título ofrece ayudas visuales, físicas e interactivas que suavizan la entrada, y hasta incluye un glosario que explica los conceptos clave del deporte. Aun así, el primer contacto es exigente: errores pequeños (como aterrizar mal o frenar de más) se castigan con caídas constantes. La curva de aprendizaje es empinada, pero también muy gratificante. Curiosamente, muchas de las asistencias incluidas tienen poco impacto real. Algunas son más placebo que herramienta: opciones como la distribución automática del peso o el frenado combinado apenas marcan diferencia. Solo el cambio automático y la función de rebobinado ofrecen un apoyo tangible. De hecho, terminé aprendiendo más a base de ensayo y error que gracias a las ayudas. Y no me quejo: fue duro, pero también satisfactorio.

Una vez superado ese muro inicial, el juego comienza a brillar. Encontrar el estilo de cada pista (ese ritmo casi coreográfico de saltos, baches y curvas) se vuelve una experiencia adictiva. Las pistas evolucionan a lo largo de la carrera gracias a la nueva tecnología: los surcos creados por las motos alteran la trazada, y eso añade un toque estratégico inesperado. También se introduce una IA con personalidad, donde cada piloto tiene estilos de conducción y preferencias distintas. Aunque en carrera no siempre se notan de forma clara, sí se perciben comportamientos menos predecibles, como errores espontáneos o reacciones más naturales. Eso sí, no todo es perfecto. Hay dos aspectos que rompen la inmersión: uno, el rebote excesivo de la moto tras ciertos choques; y dos, un sistema de corrección en el aire mal resuelto, donde la cámara prioriza el encuadre por encima del control realista, provocando caídas absurdas. El modo carrera comienza en la categoría Futures y te lleva hasta las divisiones 250 y 450. Ganas seguidores como si fueran puntos de experiencia, fichas por nuevos equipos y desbloqueas mejoras.

La narrativa intenta construir una especie de historia con interacciones vía red social, pero su impacto real en la progresión es muy limitado. Ser arrogante te da más seguidores, pero también complica innecesariamente las cosas. Lo mejor es ser amable y avanzar sin problemas. Cada vez que cambias de equipo, las mejoras se reinician, lo que puede hacer repetitivo el progreso. Hay muchas opciones de personalización, desafíos diarios y semanales, y un árbol de desbloqueo para cada fabricante. Sin embargo, el ritmo de progresión es algo lento, y la existencia de un pase de temporada apunta a que habrá microtransacciones o atajos de pago en el futuro. El juego compensa lo anterior con una oferta multijugador bastante completa: pantalla dividida local, partidas online para hasta 16 jugadores, cross-play, campeonatos, y lobbies privados. También puedes crear y compartir pistas, skins, cascos, trajes y más. Si te gusta diseñar o simplemente quieres variedad, el contenido generado por usuarios suma mucho valor.

Gracias al Unreal Engine 5, el terreno, los efectos climáticos y la iluminación lucen espectaculares. La sensación de velocidad está muy lograda, y el barro tiene una presencia física creíble. El problema viene en exteriores con lluvia: en PS5, el rendimiento se resiente, y aunque no se vuelve injugable, sí baja la fluidez en momentos clave. El modelado de pilotos es correcto, aunque las expresiones faciales dejan bastante que desear. Algunos personajes parecen tener los ojos mal calibrados, pero por suerte eso solo se nota en planos muy cercanos. La música tiene un buen tono rockero, aunque breve, y los efectos de sonido cumplen. El comentario de los narradores, por su parte, es monótono y repetitivo.
The Review
Monster Energy Supercross 25
Monster Energy Supercross 5 representa un paso adelante evidente para la franquicia. El salto al Unreal Engine 5 no solo mejora el apartado visual, sino que también permite innovaciones en lo jugable, como la evolución dinámica de las pistas y una IA más creíble. Milestone ha sabido crear una experiencia que, aunque inicialmente intimidante, recompensa a quienes se toman el tiempo de dominarla. Sin embargo, el juego también arrastra ciertos problemas: las ayudas poco efectivas, una cámara que a veces juega en tu contra, y una progresión en carrera que se vuelve monótona demasiado pronto. Técnicamente cumple, pero no está libre de caídas de rendimiento en condiciones exigentes. Y aunque el contenido extra y la personalización aportan valor, el ritmo de desbloqueo y la sombra de las microtransacciones podrían drenar la experiencia a largo plazo.