Análisis de Sid Meier’s Civilization 7

Civilization 7 llega como una nueva entrega de una de las franquicias de estrategia más importantes, buscando mantener la esencia del clásico 4X mientras introduce innovaciones frescas. En esta ocasión, los desarrolladores han dado el paso más audaz desde la cuarta entrega, aunque también han retomado elementos clave de la quinta, integrando valiosos aprendizajes obtenidos de Civilization 6. Una de las principales novedades de Civilization 7 es la estructura de tres grandes épocas: la antigüedad, la era de los descubrimientos y la modernidad. A diferencia de Civilization 6, que dividía el tiempo en varias eras, ahora tenemos tres secciones claramente definidas, cada una con un árbol tecnológico único y condiciones específicas de victoria. Al final de cada era, se presenta un resumen de los logros alcanzados y un ranking de civilizaciones, lo que hace que el cambio de era se sienta casi como el inicio de una nueva partida.

Sin embargo, en lugar de perder todo el progreso, se conservan las ciudades y ciertos avances, lo que crea una sensación de continuidad y flexibilidad. Esta estructura cambia el ritmo del juego, ofreciendo un desafío más equilibrado y sin la sensación de que una civilización se quede demasiado atrás, como ocurría en la quinta entrega. El sistema de construcción de ciudades también ha experimentado modificaciones significativas. Aunque el concepto de sectores, que ya estaba presente en la entrega anterior, sigue intacto, la forma en que se gestionan estos sectores ahora depende en gran medida de su ubicación y de la sinergia entre ellos. Por ejemplo, los edificios científicos obtienen beneficios adicionales cuando se construyen cerca de determinados recursos o sectores especializados. Además, el proceso de gestión de la expansión territorial ha sido simplificado. Ya no es necesario mover manualmente a cada trabajador, ya que las mejoras se realizan desde una pantalla centralizada, lo que facilita la administración, especialmente en las fases finales de la partida.

Un aspecto interesante es la inclusión de doctrinas, que ofrecen a los jugadores una gran variedad de opciones estratégicas. Desde el aumento de la ciencia hasta la mejora del bienestar de la población, cada doctrina proporciona ventajas a largo plazo para tu civilización. Este sistema toma lo mejor de las religiones o ideologías pasadas, pero lo hace de forma más accesible y flexible, permitiendo cambios y adaptaciones durante la partida. Otro cambio destacado es el sistema de diplomacia. En Civilization 7, se introduce un nuevo recurso diplomático que permite a los jugadores realizar acciones políticas como formar alianzas, imponer bloqueos comerciales o calmar las tensiones internas causadas por la guerra. Este sistema da un toque más realista a las relaciones internacionales y elimina las penalizaciones incomprensibles por realizar una guerra defensiva, algo que era común en entregas anteriores. Los puntos diplomáticos se obtienen a través de la cooperación con otras civilizaciones, lo que fomenta un juego más estratégico y menos punitivo.

El sistema militar también ha mejorado. Ahora, los comandantes (líderes militares) pueden «agrupar» varias unidades en una sola formación, lo que facilita el desplazamiento y la gestión de las tropas, eliminando el tedioso microgestión de cada unidad por separado. Esta característica resulta especialmente útil durante las grandes guerras, ya que los jugadores ya no tienen que controlar decenas de unidades dispersas en el mapa. Visualmente, Civilization 7 ha dado un salto importante. Se abandona el estilo más caricaturesco de Civilization 6 por una paleta de colores más realista, similar a la de la quinta entrega. Además, las ciudades ahora se expanden a través de varios hexágonos, lo que permite ver más detalles en la construcción de edificios, monumentos y plazas. Esto crea un ambiente mucho más inmersivo y visualmente atractivo, con texturas de alta calidad y animaciones fluidas que hacen que cada nueva era se sienta espectacular.

Sin embargo, a pesar de la mejora gráfica, el interfaz del juego puede resultar algo complejo para los jugadores nuevos, ya que, aunque es estéticamente agradable, no siempre es intuitivo. Uno de los mayores problemas de entregas anteriores fue la necesidad de gestionar manualmente cada acción durante las fases avanzadas del juego. En Civilization 6, por ejemplo, los trabajadores tenían un número limitado de acciones y, al agotarlas, debías crear nuevos trabajadores y moverlos constantemente. Esto se volvía especialmente tedioso cuando el imperio era muy grande. En Civilization 7, este problema se resuelve con una interfaz centralizada que permite gestionar la mayoría de las mejoras sin tener que mover manualmente a cada unidad de trabajo. Además, el sistema de comandantes mejora la fluidez de las batallas al permitir que las tropas se agruparan, lo que facilita las grandes campañas militares.

Aunque estas simplificaciones en la gestión pueden desagradar a los fanáticos de un control detallado y preciso, también hacen que el juego sea más accesible y menos agotador. Los jugadores ahora pueden concentrarse más en la toma de decisiones estratégicas de alto nivel y menos en los pequeños detalles. Sin embargo, aquellos que disfrutan del micromanagement y de planificar cada acción al milímetro podrían sentir que el juego ha perdido algo de su profundidad.