El trasfondo del juego es bastante curioso, ya que mezcla la mitología galesa con la ciencia ficción. Annwn, también llamado Annwfn o Annwvyn, solo para poner a prueba nuestra pronunciación, es el reino del inframundo gobernado por Arawn, una diosa de la caza que en lugar de ir a los ciervos y faisanes ha pensado bien en secuestrar a nuestro Creador. No hace falta decir que tenemos que liberarlo y, de paso, salvar el mundo. Llegados a este punto, cabría esperar un escenario al estilo de Achilles: Legends Untold o Hades II, salpicado de furiosos enfrentamientos entre demonios, dioses, héroes y semidioses. En su lugar, jugamos como un alma que despierta en el cuerpo de un robot guerrero llamado Ultimate Soul Harvester, dentro de un laboratorio futurista. Sin embargo, al pasar por un portal, aquí estamos en el inframundo listos para avanzar un nivel tras otro para llegar a las batallas contra los jefes.
Una vez que nos hayamos roto como cucarachas encontrándose con una zapatilla, nos desharemos de nuestra carcasa metálica para volver al laboratorio a ponernos una nueva. Este es el pretexto para coser la filosofía roguelite en torno al juego: carrera tras carrera nuestro avatar inmaterial gana experiencia y recursos para invertir en equiparse con un cuerpo cada vez más fuerte. Interesante, desde este punto de vista, es el nombre del modelo que se nos asigna, inicialmente USH 001 y luego se convierte en USH 002, 003, etc., para recordarnos nuestros fracasos. Lo siento por los streamers que no podrán flexionar el video del juego completo «en la primera ejecución» con un robot llamado USH 493, pero The Land Beneath Us no es un juego tan fácil.
La jugabilidad nos lleva a pensar en dónde empezó todo, en aquel Rogue de 1980 en el que movías una casilla en cada turno, con monstruos haciendo lo mismo, al mismo tiempo que tú. Por lo tanto, es necesario, entonces como ahora, no solo decidir en qué dirección moverse, sino también tratar de predecir los movimientos de los enemigos para no encontrarlos cara a cara en el momento menos oportuno. Un bonito contorno amarillo resalta las casillas donde los oponentes atacarán en el siguiente turno, para no dejar nada al azar. ¿Crees que es más sensato, en algunas situaciones, quedarse quieto y esperar a que la situación evolucione? Existe la opción de saltarse un turno. Al principio, solo nuestras manos metálicas están a nuestra disposición, para defendernos con los puños. Al completar los niveles, sin embargo, recibimos como recompensa, entre otros elementos, armas de fuego y armas cuerpo a cuerpo. Y aquí la cosa se complica: tenemos cuatro ranuras para equiparlas, una para cada sentido de movimiento.
Significa que si encontramos una espada y la colocamos en UP, solo la usaremos cuando nos movamos hacia arriba. Un arma en DOWN solo disparará cuando nos movamos hacia abajo, y así sucesivamente. Cuanto más avanzamos, más radicalmente difieren nuestras reacciones dependiendo de la dirección del viaje. ¿Moverse hacia la izquierda, atacando a un enemigo con una lanza que golpea a tres casillas de distancia mientras nos retira uno, o hacia arriba, aunque esa daga no haga mucho daño? Si a eso le añadimos el hecho de que cada monstruo tiene habilidades y debilidades únicas, obtendrás batallas campales en las que atacar al enemigo correcto desde la dirección correcta es crucial. Aparte de esta característica, The Land Beneath Us no ofrece nada que no se haya visto ya en prácticamente todos los roguelites modernos. Hay múltiples salidas de cada nivel marcadas con un icono que explica qué recompensas nos esperan al final de la siguiente batalla, para que podamos elegir si luchar por una nueva arma o encontrarnos con un vendedor; hay ventajas variadas, que se derriten como la nieve al sol después de nuestra muerte; Encontraremos cofres, trampas, aliados y jefes, además de una serie de mejoras permanentes para hacer las tuyas después de tu partida, siempre y cuando tengas suficiente moneda.
Nada nuevo, y sin embargo, esas cuatro armas asignadas a las direcciones funcionan bastante bien, especialmente gracias a niveles muy pequeños en los que no das un paso sin encontrarte con un enemigo. La naturaleza aleatoria del botín distorsiona una de las reglas fundamentales de los dungeon crawlers: ya no tenemos que construir un personaje según nuestro estilo de juego, sino adaptar nuestro estilo de juego a la dirección en la que nos movemos. No es raro que tengas que invertir turno tras turno intentando golpear a un enemigo de arriba a abajo porque es en DOWN donde hemos equipado el arma capaz de infligirle un daño grave. Todo ello, en un pixel art que representa adecuadamente el mundo subterráneo que tenemos que conquistar, y un buen acompañamiento sonoro que sabe generar el suspenso adecuado. Y así, el fabuloso género de roguelites demuestra que todavía tiene varias flechas en su arco, al menos una para cada una de las cuatro direcciones.
The Review
The Land Beneath Us
The Land Beneath Us parece un clásico roguelite por turnos con un agradable pixel art y niveles muy pequeños llenos de trampas, en los que cada movimiento debe ser cuidadosamente considerado. El sistema de equipamiento de armas, sin embargo, da una gran variedad de situaciones, haciendo que nuestro héroe a veces sea muy poderoso solo cuando se mueve hacia arriba, a veces más fuerte en movimientos laterales, lo que nos obliga a ajustar nuestra estrategia según su posición y la dirección en la que sería más apropiado enfrentarse a los enemigos. Una buena variedad de monstruos, jefes y potenciadores mantendrán ocupados a los amantes de los roguelite durante bastante tiempo.