Los juegos de construcción de ciudades en tiempo real (RTS) siguen siendo una apuesta segura, con una gran cantidad de lanzamientos cada año, aunque muchos de ellos no logran profundizar lo suficiente o tienen problemas que los alejan de ser títulos realmente buenos. En la actualidad, para destacar en este género, es necesario introducir elementos únicos que le den una identidad propia. Algunos juegos lo logran a través de enfoques inusuales, como el contexto de un culto en Worshippers of Cthulhu o las maquinaciones de un dictador en Tropico. Thrive: Heavy Lies The Crown intenta hacer lo mismo, pero con una mezcla de mecánicas de RTS y construcción de ciudades, a la vez que se distingue por su mundo de baja fantasía. Si bien el juego sigue la línea de títulos como Tropico y Anno, con una construcción de ciudades basada en cuadrículas, también busca ofrecer algo diferente. La principal diferencia con otros juegos de este tipo, como Manor Lords, radica en la planificación más estructurada y meticulosa que permite al jugador desempeñar el papel de un auténtico arquitecto urbano.
Desarrollado por Zugalu Entertainment, este es el primer juego de la compañía, y si bien la base es sólida, el juego se siente algo incompleto en su versión actual. Como en muchos títulos del género, comienzas el juego eligiendo una provincia para fundar tu ciudad, pero esta decisión no influye de manera significativa en la jugabilidad, ya que las provincias son casi idénticas en cuanto a recursos y ubicación. La falta de diferenciación entre las zonas es algo que podría mejorar con futuras actualizaciones. Una de las primeras mecánicas que nota el jugador es la necesidad de un urbanismo estratégico. Al igual que en otros juegos del género, los habitantes comienzan sin hogar, lo que requiere que conectes carreteras y construyas viviendas de inmediato. Además, deberás colocar una serie de edificios esenciales, como almacenes y centros de recolección de recursos, para asegurar el funcionamiento de tu ciudad. En cuanto al espacio, el mapa es relativamente plano y libre, lo que permite una gran flexibilidad a la hora de construir.
Sin embargo, lo que destaca en Thrive: Heavy Lies The Crown es su atención a los detalles en cuanto a la producción y recolección de recursos. Los edificios, como las canteras y los campamentos madereros, requieren trabajadores para funcionar, y el número de trabajadores directamente impacta en la cantidad de recursos producidos. El juego también introduce una mecánica interesante con los pozos, que no solo proveen agua potable, sino que también se utilizan para apagar incendios, un problema recurrente en el juego. Otro aspecto crucial en el desarrollo de la ciudad es la felicidad de tus habitantes. Como en otros títulos, debes garantizar que sus necesidades básicas estén cubiertas, de lo contrario, la felicidad disminuirá y podría generar problemas como la emigración o incluso revueltas. Esto le da un toque de gestión adicional, ya que mantener un equilibrio entre los recursos y las necesidades de la población es esencial para la estabilidad del juego. A lo largo de la partida, irás desbloqueando nuevos edificios y tecnologías. El sistema de tecnologías, conocido como Expertise, tiene un enfoque único: te permite elegir entre diferentes opciones, pero una vez que eliges una, pierdes la otra de manera permanente.
Este sistema ofrece un giro interesante, pero la falta de información clara sobre las decisiones hace que muchas de las opciones sean vagas, lo que puede generar frustración en el jugador. El juego también introduce la mecánica de las Masteries, tecnologías más poderosas que solo se obtienen mediante eventos, y las leyes o Edicts, que te permiten dar bonificaciones a tu ciudad, aunque a costa de ciertos inconvenientes. Sin embargo, a pesar de tener estas mecánicas, Thrive: Heavy Lies The Crown aún carece de profundidad en algunos aspectos y no logra aprovechar todo su potencial. La falta de una narrativa sólida y un diseño visual coherente también le restan puntos. En cuanto al combate, aunque llega bastante tarde en el juego, es una de las mecánicas más divertidas. La capacidad de crear unidades, construir defensas y luchar contra enemigos se siente entretenida, aunque no requiere una gran planificación o composición de unidades, lo que puede ser una desventaja para los jugadores más experimentados. Además, la forma en que se introduce el combate y los sistemas de guerra es algo abrupta y poco pulida, lo que puede frustrar a los jugadores que esperaban más complejidad desde el principio.
Uno de los grandes problemas de Thrive: Heavy Lies The Crown es la gestión del tiempo y la falta de opciones de calidad de vida que otros competidores ofrecen. La imposibilidad de cambiar rápidamente entre asentamientos o realizar acciones sin necesidad de micromanejar cada detalle del juego hace que la experiencia se sienta tediosa en ocasiones. Además, el tutorial no proporciona un comienzo claro y óptimo, lo que deja a los jugadores sin una guía adecuada para comenzar. Por último, a pesar de que el diseño gráfico tiene aspectos interesantes y algunos detalles agradables, el conjunto se siente algo inconsistente. El estilo visual, a pesar de tener momentos de belleza, se siente como el de un juego móvil, lo cual le resta impacto. La interfaz de usuario es otra área que podría mejorar, ya que los colores y la disposición hacen que el juego se sienta triste y poco dinámico. La música, por su parte, es bastante genérica y repetitiva, lo que no contribuye a la atmósfera del juego.
The Review
Thrive: Heavy Lies The Crown
Thrive: Heavy Lies The Crown es un juego con mucho potencial, pero necesita bastante trabajo antes de llegar a ser un competidor serio en el género. La mezcla de mecánicas de RTS y construcción de ciudades es una propuesta interesante, pero la ejecución aún deja que desear. A pesar de sus fallos, el juego sigue siendo entretenido, especialmente para los fanáticos de la gestión y la construcción estratégica, pero aún tiene mucho por recorrer en cuanto a contenido y pulido.