Children of Silentown DEALS
Lucy es una niña que vive con sus padres en un pueblo rodeado de un bosque donde todos siguen reglas estrictas, no caminas por las calles después del atardecer, no gritas y no sales de la zona habitada. Cualquiera que los viole termina desapareciendo y nunca regresa. Se dice que monstruos terribles viven más allá de los árboles, pero nadie parece haberlos visto nunca. Lucy se adhiere estrictamente a lo prescrito, al menos hasta que un día un evento dramático no explote su deseo de descubrir la verdad, de alguna manera mantenida a raya hasta ese momento.
Elf Games es un talentoso estudio de desarrollo independiente italiano que ya había demostrado su valía con el excelente Little Briar Rose, una aventura point and click con gráficos inspirados en el estilo artístico de las vidrieras. Children of Silentown, que mantiene el mismo género, es una prueba de gran madurez autoral, tanto en la historia que cuenta como en el estilo visual, un detalle 2D dibujado a mano que recuerda a los libros ilustrados de los niños. Así que tenemos personajes con cabezas muy grandes, ojos redondos completamente blancos y extremidades estilizadas en las que no se ven manos y pies, y tenemos ambientes «pintados» que forman un mundo onírico, en el que cada objeto adquiere un fuerte valor simbólico.
La idea general que transmite inmediatamente el juego es estar dentro de un cuento de hadas con tonos oscuros y melancólicos en el que vamos recogiendo objetos, los combinamos y los usamos en un mismo escenario a través de un cómodo inventario que se abre en la parte izquierda de la pantalla. A medida que se desarrolla la historia, Lucy también aprenderá canciones, que serán cada vez más centrales para resolver los diversos rompecabezas. Cada una de las canciones consta de tres notas y tiene diferentes efectos, que dan como resultado minijuegos únicos. Por ejemplo, podemos literalmente reparar los sueños de algunas personas, pasando un hilo en solapas de tela tratando de pasar por todos los botones, para descubrir lo que quieren, o podemos «iluminar» áreas secretas encendiendo los ojos en rejillas, pero evitando hacer demasiada luz en algunos puntos específicos. Los minijuegos están vinculados a las canciones individuales y se repiten cada vez más difícil hasta el final de la aventura, pero sin ser nunca imposible. De esta manera podrás seguir la historia constantemente, llegando al final en poco más de seis horas, un momento perfecto dado lo que se ha contado.
Hablando de los rompecabezas clásicos, aquellos basados en la recolección y uso de objetos, podemos decir que no hemos tenido grandes dificultades. En el sentido de que las cosas a hacer son bastante claras y no es difícil encontrar lo que necesita, incluso en ausencia de un botón que muestre todos los objetos interactivos del escenario. Tenga en cuenta que el sistema de control es completamente diferente dependiendo del dispositivo utilizado. Luego, usando el ratón la jugabilidad es la de apuntar y hacer clic a Simón el Hechicero, con el cursor que te permite explorar todo el escenario desde un punto muerto, donde usando un controlador tienes que mover a Lucy directamente haciéndola alcanzar físicamente los objetos interactivos para resaltarlos.
No esperes una gran aventura, Children of Silentown se desarrolla básicamente en dos escenarios, el pueblo y el bosque, el primero está formado por algunos lugares clave que se pueden visitar libremente, donde pasas la mayor parte del tiempo, y el segundo ofrece una experiencia en cierto sentido más guiada, hecha más de situaciones que de exploración, con un mayor número de rompecabezas mecánicos y un enfoque particular en las canciones. La elección se justifica por la evolución de la historia, que básicamente habla de miedos ancestrales y cómo el ser humano ha fundado la civilización en torno a ellos, terminando reprimiendo la curiosidad hacia lo desconocido y marginando a todos aquellos que no aceptan ciertas reglas, con un final agridulce que no consuela y no resuelve el conflicto inicial, aparte del individual de Lucy, resultando para esto todo lo más fuerte y más apto. Elf Games ha demostrado ser muy hábil para nunca perder el hilo conductor del discurso, que ha construido consistentemente desde el principio hasta el final, sin dejar espacio para escapes hacia el absurdo.
Así tenemos personajes caracterizados de manera sencilla y profunda a la vez, que forman una variada comunidad humana, donde cada aspiración individual choca con las reglas impuestas por las condiciones de vida de la misma, y que se revelan más articuladas de lo que podría parecer a primera vista, revelando gradualmente rasgos inesperados y mucho más multifacéticos de lo que inicialmente parece. Por ejemplo, el padre de Lucy es a la vez el padre clásico preocupado por el bienestar de su hija, y la alegoría de una autoridad que impone reglas sin motivarlas y sin permitir que el individuo las desafíe, incluso frente a verdades innegables. Las propias canciones, además de estar ligadas a la mecánica del juego, son parte activa del sentido de la misma, símbolo del deseo de Lucy de expresarse, quien a lo largo de la historia intenta encontrar su voz.
Nos encantó Children of Silentwown, tanto que nos cautivó desde el principio hasta el final. Dicho esto, notamos algunos defectos extraños, como errores de dicción en los pasajes de la pantalla, que podrían haberse evitado. Por poner un ejemplo, entrando en el campo del agricultor desde la plaza del pueblo, una paca de heno en la parte superior de la misma desaparece misteriosamente. Lo mismo ocurre con un tablón de anuncios con fotos colgadas en él, que se convierte en una puerta cuando recorres el edificio. Son cosas pequeñas, pero se notan, sobre todo porque recorres mucho el país en busca de objetos y personajes y al final es inevitable fijarse en ellos.
The Review
Children of Silentown
Cuenta una buena historia, tiene grandes momentos y se caracteriza por un estilo visual atractivo. Tiene algunos pequeños problemas y quizás sea un poco demasiado fácil, especialmente si ya tienes experiencia con el género, pero fluye muy bien y al final resultó ser más profundo de lo que inicialmente pensamos.