The Last Oricru es un juego que podría causar dos impresiones, la primera sería una impresión muy débil poco después del prólogo, y luego te genera una impresión interesante e incluso su mundo te atrae. Por cada ventaja de The Last Oricru hay un inconveniente, los paisajes encantadores se mezclan con los problemas de textura que no suelen cargar, escuchar diálogos decentemente narrados, decae con un doblaje en inglés poco trabajado. Las diversas localizaciones han sido diseñadas de forma bastante ingeniosa, pero al final del juego, cuando tienes que desplazarte de una a otra, cada vez dedicando unos o varios minutos a ello, podría empezar a sentirse muy repetitivo.
Para apreciar completamente todo lo que el juego tiene por ofrecer, ya sean los defectos y sus aciertos, debes completar The Last Oricru al menos dos veces; según los desarrolladores. Nuestro personaje, Silver se encuentra en el monasterio de seres conocido como Naboru, donde se somete a entrenamiento de combate. El entrenamiento es interrumpido por la visita de la Reina, que es extremadamente desfavorable para los anfitriones, porque tienen armas prohibidas, el líder nos pide que lo escondamos en secreto, si logramos hacer esto, podremos continuar apoyando a los habitantes del monasterio, sin embargo, si decidimos que no queremos tener nada que ver con ellos, podemos informar todo al monarca ansioso de conocimiento, comprando así sus gracias.
Esto, sin embargo, no agota las opciones de historia disponibles en el prólogo, otro está relacionado con las los Naboru, de aspecto humanoide, y los rátidos con aspecto de rata, además de una tercera facción de mutantes cuyo propósito es un misterio, durante el entrenamiento, uno de ellos nos pide que obtengamos un botiquín de primeros auxilios, en la primer partida, ignoré su petición aparentemente trivial, la segunda vez lo cumplí, gracias a lo cual desde el principio pude tomar parte activa en la rebelión de las ratas, no solo eso, me permitió evitar una pelea en la segunda parte del prólogo, lo que me vi obligado a hacer mientras jugaba The Last Oricru por primera vez.
El camino que tomamos establece el camino para nosotros en la siguiente etapa de la aventura, podemos unirnos solos, porque, por ejemplo, nos atraparon escabulléndonos por el monasterio y no entramos en connivencia con ratas, estando solos y buscando aliados, también podemos ir a la ciudadela de Nabor junto a compañeros ratas gritando consignas revolucionarias. Las decisiones tomadas determinan qué personajes encontraremos en el transcurso de la aventura, qué tendremos que hacer para pasar a su siguiente etapa, así como la cantidad de comerciantes disponibles y los bienes que ofrecen, como la forma en que el protagonista es percibido por las facciones individuales.
Es importante destacar que el camino elegido establece el camino a seguir, pero no nos condena a seguirlo hasta el final del juego, tarde o temprano nos encontramos con la oportunidad de tomar un lado diferente del conflicto, por supuesto, no luchamos con aliados actuales, así que aproveché voluntariamente esta oportunidad para poder visitar lugares individuales con calma, sin tener que blandir constantemente una espada. Explorar es lo que mencioné, los niveles han sido diseñados de manera bastante interesante, y los tesoros cuidadosamente escondidos en sus rincones y grietas son útiles en el juego posterior.
El cambio de bando también afecta a las localizaciones recorridas, esto es claramente visible en la arena de un conflicto de bandos, dependiendo de qué lado del conflicto favorezcamos, podemos usar otros caminos, en uno tienes que hacer los caminos para cruzar el puente, y en él otro básicamente lo atraviesas, además, nuestras elecciones también determinan qué facción prevalece en la batalla. Todo esto hace que la trama relativamente simple y bastante predecible de The Last Oricru siga con interés, no es que el jugador promedio quiera experimentarlo muchas veces, pero el primer enfoque debe ser interesante y atractivo a este respecto, el segundo probablemente también.
En cuanto al apartado técnico, esperamos que GoldKnights tenga trabajo por hacer, ya que The Last Oricru tiene ciertos defectos, algunas de las texturas tienen problemas al cargar aun estándo frente a ellas, obviamente esto no pasa durante todo el juego, algunos escenarios si trabajan de manera adecuada e incluso cuentan con buena iluminación. Las escenas prerenderizadas están mejor trabajadas, pero, por alguna razón, se presentaron en una perspectiva en primera persona, aunque The Last Oricru es un juego en tercera persona, quizá su finalidad era que aumentaría la inmersión, pero simplemente la redujo, distorsionando completamente la perspectiva, además, en ciertos pasos de la aventura ciertos fragmentos de texto no estaban bien ajustados en la pantalla o incluso algún registro de tarea, pero estos son cosas que uno puede pasar por alto, ya que así como se presentan, desaparecen.
The Last Oricru es una producción perteneciente al género RPG de acción, pero aparte del tema de interpretar al personaje (el cual es muy poco llamativo), el protagonista cuenta con estadísticas estándar (salud, fuerza, destreza, vigor, intelecto y voluntad) que aumentamos al ganar nuevos niveles de experiencia para tener más salud, golpear más fuerte o ser capaces de equiparnos con mejores armas y armaduras, esto no es nada complicado ni innovador, sin embargo, GoldKnights advierte contra la asignación de demasiados puntos de habilidad a la salud o al vigor, debido a que el jugador podría quedar atascado en cierto punto de la aventura y abandone el juego. Para asegurarse de que no lo hace, el GoldKnights ha añadido poderosos anillos a The Last Oricru, permitiendo, por ejemplo, convertir diez puntos de vigor en puntos de fuerza, esta es una solución bastante genial si quieres ver las diferentes modalidades del personaje.
The Last Oricru ofrece en gran medida una narrativa llamativa, pero me gusto más el concepto de los escenarios basados en las elecciones del jugador, que, en lugar de la historia en sí, no puedo negar que me divertí mucho y más jugando en modo cooperativo, no dudo que GoldKnights trabaje en actualizaciones para corregir ciertos detalles del juego, que por supuesto, no está libre de defectos, pero estos que he señalado no me rompieron el juego.