Sigue abierta la guerra entre Sony y Microsoft a causa de la compra de Activision Blizzard por parte de la segunda compañía. El último movimiento judicial afecta negativamente a PlayStation, ya que tendría que revelarle a Xbox todos los detalles de sus acuerdos de exclusividad con terceros.
Sony sigue intentando bloquear el acuerdo entre Microsoft y Activision Blizzard bajo la premisa de que hay cierto peligro de que este acuerdo convierta la franquicia Call of Duty en algo exclusivo de Xbox, lo que afectaría tanto a la competencia como a los propios jugadores. Como respuesta, Microsoft pidió el pasado mes de enero el acceso a los documentos sobre los acuerdos de exclusividad de Sony. La compañía argumenta que esa información es necesaria para su propia defensa, así lo señala el documento de la Comisión Federal de Comercio (FTC) (vía Game Developer).
«Microsoft argumenta que la Demanda en este caso hace una serie de alegaciones con respecto a los acuerdos de exclusividad de los desarrolladores de consolas de videojuegos de alto rendimiento con los editores de videojuegos. Microsoft afirma que es consciente de que SIE quiere que muchos editores externos acepten disposiciones de exclusividad, incluida la prevención de que los editores pongan sus juegos en el servicio de suscripción de juegos múltiples de Xbox, y que comprender el alcance total de los acuerdos de exclusividad de SIE y su efecto en la competitividad de la industria ayudará en su defensa».
Sony intentó frenar esta petición alegando que esa información no es relevante ni necesaria para el caso, pero tanto Microsoft como el juez de la FTC, D. Michael Chappell, no piensan lo mismo. En palabras del juez Chappell, «la naturaleza y el alcance de los acuerdos de licencia de contenido [de Sony] son relevantes para las alegaciones de la Demanda sobre los acuerdos de exclusividad entre los desarrolladores de consolas de videojuegos y los desarrolladores y editores de videojuegos».
Esto significa que Microsoft tendría la puerta abierta para conocer cuánto paga Sony a los editores para que los juegos exclusivos no pasen las fronteras, además de poder ver todas las condiciones que se dan. Eso sí, la compañía no podría acceder a toda la biblioteca, sino que solo podría recurrir a los acuerdos que tuvieron lugar desde el 1 de enero de 2019 hasta la actualidad.